COMPÁS EMPRESARIAL, INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS EMPRESARIALES, FINANZAS Y ECONOMÍA
ENERO - JUNIO 2024. ISSN 2075-8960
108
Vol. 15, Núm. 38
Terán Leclere, Víctor Andreas Oliver
Carta al Editor
NOTA DE ANÁLISIS COYUNTURAL
Carta al Editor: El Entorno del Emprendimiento en
Bolivia, hablemos de artesanos y pensamiento artesanal
Ser emprendedor en Bolivia te lleva a un terreno de desafíos y oportunidades, donde
la creatividad y la resiliencia se convierten en herramientas esenciales para superar
las adversidades de una economía con retos que nos parecen cada día más grandes.
Como docente universitario y profesional con experiencia en gestión, marketing y
emprendimiento, he observado de cerca la evolución del ecosistema emprendedor en
nuestro país desde varias perspectivas.
La economía boliviana presenta un entorno complejo para los emprendedores. Tiene
un alto nivel de volatilidad que crea un entorno de incertidumbre, especialmente para
las pequeñas y medianas empresas que no cuentan con la capacidad de absorción
de riesgos que tienen las grandes corporaciones, que inclusive hoy están entrando en
crisis de cierre.
Además, Bolivia se caracteriza por una alta informalidad en su mercado laboral. Según
el Instituto Nacional de Estadística (INE), más del 60% de la población económicamente
activa trabaja en el sector informal. Ahí es donde nos topamos con un escenario lleno
de muchos pequeños emprendedores que luchan por sobrevivir, contra grandes
corporaciones con sus propios problemas que buscan generar mercados masivos y
sostenibles.
A pesar de estos desafíos, el emprendimiento sigue siendo una vía atractiva para
muchos bolivianos que buscan mejorar sus condiciones de vida, tomando en cuenta a
las empresas cada vez más irresponsables con sus condiciones para los empleados.
Sin embargo, el apoyo gubernamental y privado al emprendimiento ha sido insuciente.
Los programas de nanciamiento, capacitación y asesoramiento empresarial son
escasos y, cuando existen, no siempre están alineados con las necesidades reales
de los emprendedores locales. Algunos pueden argumentar que existe una cantidad
interesante de programas, organizaciones y buenas intenciones al respecto y pueden
tener razón, pero algo que nos llama la atención es el impacto de ese apoyo. ¿De qué
sirve generar mucho contenido si el mismo no transforma la realidad del emprendedor?
La informalidad, a su vez, es una espada de doble lo. Si bien permite a muchos
emprendedores operar con bajos costos y sin rigideces, también los excluye de los
benecios que ofrece el sistema formal. La falta de un marco regulatorio adecuado que
fomente la formalización sin imponer cargas excesivas es uno de los principales retos
que debemos superar para mejorar el entorno del emprendimiento en Bolivia.