
JOURNAL BOLIVIANO DE CIENCIAS – Vol. 21, Número 58 – Jul. a Dic. 2025
ISSN Digital: 2075-8944 ISSN Impreso: 2075-8936
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3.4.2.2 Otros Procesos de bioconversión
Diversas técnicas de bioconversión son claves en la producción de biocombustibles
de segunda generación. La fermentación alcohólica, con Saccharomyces
cerevisiae, transforma azúcares en bioetanol a partir de residuos lignocelulósicos
como bagazo o paja, previa hidrólisis enzimática, con eciencias de 0,4–0,5 L/
kg de biomasa (Taherzadeh & Karimi, 2007). La fermentación oscura, mediante
bacterias como Clostridium y Enterobacter, genera hidrógeno sin requerir luz ni
pretratamientos costosos (Levin et al., 2004). La fermentación en estado sólido
(FES) emplea hongos como Aspergillus y Trichoderma para degradar residuos
agrícolas (café, cítricos), obteniendo bioetanol, ácidos orgánicos o enzimas
(Pandey et al., 2000). La hidrólisis enzimática, usando celulasas y hemicelulasas,
descompone celulosa y hemicelulosa en azúcares fermentables, etapa esencial para
biocombustibles 2G (Kumar et al., 2009). Finalmente, las Microbial Fuel Cells
(MFC) utilizan bacterias electrogénicas para oxidar materia orgánica y producir
electricidad, alcanzando 0,5–1 W/m³ (Logan et al., 2006). Estas tecnologías son
complementarias y favorecen sistemas circulares de energía sostenible.
3.4.3 Tecnologías de Quimio conversión
Las tecnologías de quimio conversión transforman biomasa y residuos urbanos o
industriales en energía limpia, biocombustibles avanzados y productos químicos
de alto valor. A diferencia de los procesos térmicos, emplean reacciones químicas
o catalíticas que mejoran la eciencia y reducen impactos ambientales. Entre ellas
destacan la transestericación, la hidrólisis y la electrólisis, capaces de generar
hidrógeno verde e insumos industriales. Estas tecnologías fortalecen la economía
circular, descarbonizan sectores estratégicos y contribuyen a un modelo energético
sostenible, aunque aún enfrentan desafíos técnicos, económicos y logísticos para
su escalabilidad.
3.4.3.1 Transestericación
La transestericación es un proceso químico fundamental para obtener biodiésel
a partir de aceites vegetales, grasas animales o residuos lipídicos. Consiste en
la reacción de triglicéridos con metanol o etanol en presencia de un catalizador,
generando ésteres alquílicos (biodiésel) y glicerol como subproducto (Knothe et
al., 2010). Los catalizadores pueden ser homogéneos (NaOH, KOH), heterogéneos
(óxidos de calcio, zeolitas) o enzimáticos (lipasas), con ventajas y limitaciones.
Los alcalinos homogéneos son muy ecientes (>98 % de conversión en 1–2 h a
60 °C), pero sensibles a ácidos grasos libres (FFA >1 %), que generan jabones y
complican la puricación (Ma & Hanna, 1999).
En cambio, los catalizadores ácidos (H₂SO₄) toleran altos FFA (>20 %), aunque
requieren condiciones severas (100 °C, 3–6 h) y presentan problemas de corrosión
(López Granados et al., 2007). Los enzimáticos ofrecen selectividad y menor impacto
ambiental, pero su alto costo y baja estabilidad térmica limitan su aplicación (Tan
et al., 2020). Avances recientes incluyen catalizadores heterogéneos magnéticos
(Fe₃O₄ funcionalizado), que facilitan separación y reutilización, reduciendo
residuos (Zhang et al., 2019).
El proceso comprende pretratamiento (remoción de humedad y FFA), reacción
principal y puricación (lavado y secado). El biodiésel resultante debe cumplir
normas ASTM D6751 o EN 14214, que regulan viscosidad (3,5–5,0 mm²/s) y