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JOURNAL BOLIVIANO DE CIENCIAS – Vol. 20 – Número 56
ISSN Digital: 2075-8944 ISSN Impreso: 2075-8936
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1. INTRODUCCIÓN
Los simuladores son herramientas digitales que permiten la recreación de
escenarios y procesos reales mediante modelos matemáticos y computacionales. En
el contexto del desarrollo de productos alimenticios, los simuladores son utilizados
para agilizar la formulación de productos al proporcionar un entorno controlado
donde se pueden modicar variables clave como los ingredientes, proporciones y
características nutricionales. Según Zhan y Li (2019), los simuladores ofrecen una
plataforma eciente para probar y ajustar recetas alimentarias sin la necesidad de
realizar costosos y repetitivos ensayos físicos, lo que resulta en una optimización
del tiempo y recursos invertidos en el desarrollo de productos.
Las matrices alimentarias, por otro lado, son combinaciones estructuradas de
ingredientes que forman la base de un alimento. En el desarrollo de productos,
una matriz alimentaria incluye la selección y proporción de ingredientes, así
como sus interacciones para obtener un producto con características nutricionales
y sensoriales especícas. De acuerdo con García y Pérez (2020), las matrices
alimentarias son fundamentales para garantizar que los productos cumplan con
los requisitos nutricionales, especialmente en casos de productos funcionales o
terapéuticos, como los alimentos destinados para tratar la desnutrición infantil.
La correcta formulación de estas matrices es clave para garantizar la calidad y
seguridad del producto nal.
El proceso de desarrollo de productos alimentarios implica una serie de etapas
complejas que requieren tiempo considerable y una inversión económica elevada.
Desde la fase de investigación inicial, hasta la formulación, pruebas sensoriales
y ajustes. Según Lee y Johnson (2020), el desarrollo de productos alimentarios
nuevos puede tardar entre uno y tres años, dependiendo de la complejidad del
producto y de la cantidad de recursos dedicados al proyecto.
Como indican Smith y Brown (2018), las empresas del sector alimentario suelen
invertir entre el 10% y el 20% de su presupuesto anual en el desarrollo de nuevos
productos, lo que reeja la magnitud de la inversión necesaria para competir en el
mercado. Esto puede suponer un reto importante, especialmente para las pequeñas
y medianas empresas, que deben gestionar cuidadosamente sus recursos para llevar
sus innovaciones al mercado sin comprometer su viabilidad económica.
La Encuesta de Demografía y Salud (EDSA) llevada a cabo en Bolivia por el
Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Ministerio de Salud en 2016 muestra
una prevalencia del 3,4% de desnutrición aguda (peso/talla) (EL DEBER, 2021). El
total de niños con desnutrición crónica asciende al 16%; de este porcentaje la más
alta desnutrición se encuentra en el Altiplano (22,2%), Valles (17,1%) y Llanos
(9,7%) (EDSA, 2016). Los ATLC han demostrado un impacto signicativo en la
reducción de la desnutrición infantil al proporcionar nutrición esencial de forma
rápida y efectiva. Sin embargo, como Bolivia los importa, su costo es elevado,
limitando su acceso a quienes más los necesitan.
Por las razones explicadas anteriormente, este trabajo tiene como objetivo diseñar
un sistema de generación de matrices alimentarias especícamente orientado a
la creación de alimentos terapéuticos listos para consumir que permita reducir
tanto el tiempo como los costos involucrados en el desarrollo de productos
alimenticios. Este sistema busca garantizar que los productos nales cumplan con
los requerimientos nutricionales necesarios para contribuir al tratamiento de la